La psoriasis es una enfermedad de la piel que causa descamación e inflamación (dolor, hinchazón, calentamiento y coloración). Regularmente las células de la piel crecen desde las capas más profundas y suben lentamente a la superficie, remplazando constantemente a las células muertas de la superficie. Este proceso se llama renovación celular, y tarda aproximadamente un mes. Con la psoriasis, la renovación celular ocurre en solo unos pocos días, lo que provoca que las células nuevas suban demasiado rápido y se acumulen en la superficie.
En la mayoría de los casos la psoriasis causa parches o placas de piel gruesa, enrojecida y con escamas plateadas. Estas placas pueden producir picor o dolor. A menudo se encuentran en los codos, las rodillas, otras partes de las piernas, el cuero cabelludo, la parte baja de la espalda, la cara, las palmas de las manos y las plantas de los pies. También pueden aparecer en otras partes tales como las uñas de las manos y los pies, los genitales y la parte interior de la boca.
El tratamiento para los parásitos depende de:
Tratamiento tópico:
Los tratamientos aplicados directamente a la piel (cremas y pomadas) pueden:
Fototerapia:
La luz ultravioleta natural producida por el sol y la luz ultravioleta artificial se usan a veces para tratar la psoriasis. Un tratamiento llamado PUVA combina el uso de la luz ultravioleta con un medicamento que sensibiliza la piel a la luz.
Tratamiento sistémico:
Si la psoriasis es fuerte, los medicamentos pueden recetar medicamentos o ponerle una inyección. Esto es un tratamiento sistémico. Normalmente no se usan antibióticos para el tratamiento de la psoriasis a menos que una infección bacteriana empeore la psoriasis.
Terapia combinada:
Al combinar los tratamientos tópicos (los que se aplican a la piel), la fototerapia y los tratamientos sistémicos muchas veces se puede usar una dosis más baja de cada uno. La terapia combinada también puede dar mejores resultados.
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